De 107.000 y 300.000 personas, según los últimos informes, se manifestaron en distintas ciudades francesas para exigir una suba salarial, que sea paralela a la inflación. Las autoridades continúan verificando la situación.
Las movilizaciones siguen su curso pese a las advertencias del Gobierno, y al desabastecimiento de combustible. Esto generó el cierre de varias estaciones de servicio por la sequía de los surtidores.