El influencer de la longevidad: Transfusiones de plasma con su padre e hijo

El multimillonario estadounidense Bryan Johnson quiere vivir más de 150 años y realiza una llamativa técnica como parte de esa búsqueda. De qué se trata y qué dice la ciencia.

Bryan Johnson quiere vivir muchos años. Y cuando decimos muchos, son muchos: 200, para ser precisos. El multimillonario e influencer de la longevidad tiene un plan de vida exhaustivo, metódico y costoso para lograrlo. Y considera que hay un fluído corporal clave en este proceso: la sangre.

Monitoreos permanentes del cuerpo, 30 médicos, 60 pastillas diarias, láser facial, entrenamiento de alto rendimiento, fototerapia, entre otras, y millones de dólares son parte de esa rutina diaria para combatir el envejecimiento, aunque no suficientes.

El rotundo cambio de vida del empresario tecnológico ―que comenzó en 2018 cuando tenía 41 años―, incluyó transfusiones de sangre con Talmage, su hijo de 17 años, y Richard, su padre de 70 para que su organismo funcione como el de un joven de 18 años.

“Completamos el primer intercambio de plasma multigeneracional del mundo”, escribió en su cuenta de Instagram la persona que fue señalada por la revista TIME como “el hombre que quiere vivir para siempre”.

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Cuestión de familia

“Divididos por la mente, unidos por la biología”, escribió en otro posteo en sus redes sociales el influencer para referirse a los cambios de sangre. Así, Johnson hace de las transfusiones y de vivir 200 años una cuestión de familia.

“Mi equipo básicamente ha analizado toda la evidencia científica sobre la esperanza de vida y clasificamos cada ítem según su potencial efecto terapéutico”, señaló el empresario. “Entonces las transfusiones de sangre se convirtieron en un tema realmente interesante y queríamos explorarlo”.

El primero en someterse a la extracción fue el hijo del multimillonario. Talmage estuvo sentado en un cómodo sillón negro mientras le extraían un litro de sangre.

Luego, se separaron las células sanguíneas mediante un separador celular y se obtuvene el plasma. Ese componente líquido de la sangre ―55% de nuestra sangre es plasma, según la Cruz Roja― tenía un destino: el organismo de Bryan.

Se le extrajo la misma cantidad de sangre a Johnson y luego se le administró el plasma de su hijo por vía intravenosa. Una vez completado este proceso, Richard recibió lo mismo de su hijo. ¿Cuántos intercambios de estos hicieron? 6. Pero no es la primera vez que Bryan recibe sangre de otras personas. También lo hizo de un donante joven y anónimo, evaluado para sumarse al proceso.

“Tuvo un efecto muy positivo y funcionó en mi papá. No funcionó en mí. Por lo tanto, es una oportunidad interesante, especialmente para las personas que se encuentran en las últimas etapas de la vida”, dijo.

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A través de estas prácticas, Johnson asegura haber rejuvenecido biológicamente, atribuyendo a su corazón la edad de 37 años y a su piel, la de 28. Sin embargo, la eficacia científica detrás de la transfusión de plasma para combatir el envejecimiento todavía no está claramente establecida y surge principalmente de experimentaciones previas con animales.

En 2014, los científicos de la Universidad de StanfordSaul Villeda y Tony Wyss-Coray concluyeron que la transfusión de sangre de ratones jóvenes a ratones viejos podía reactivar la juventud cerebral y muscular.

Tomando esa investigación de hace una década, otro estudio, publicado por la revista Cell, y llevado adelante por científicos de la Academia China de Ciencias de Pekín, revela el mecanismo que hace posible el rejuvenecimiento en estos animales.

“En conjunto, proporcionamos marcos integrales para explorar las vías de envejecimiento y rejuvenecimiento a resolución unicelular y revelamos programas celulares y moleculares que dictan la revitalización sistémica mediante factores sanguíneos”, señala el estudio

En septiembre de 2023, neurocientíficos hallaron el punto en común en las intervenciones que ralentizan, e incluso invierten, el reloj biológico del envejecimiento. El descubrimiento revela que un mismo factor es responsable de la mejora cognitiva: las plaquetas, en particular una molécula llamada factor plaquetario 4 (PF4).

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Las opiniones son variadas, pero algunos especialistas sostienen que esta técnica no solo mejora la calidad de vida en pacientes con diversas patologías, sino que también posee propiedades rejuvenecedoras. Basada en guías clínicas de la American Society of Apheresis, es en realidad recomendada para enfermedades autoinmunes, cardiopatías, trastornos dermatológicos, entre otros.

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