Susana Ballesteros: La historia detrás de la voz del GPS

La locutora ha prestado su voz para la popular aplicación conocida como "la gallega" en 2014 y ahora se dedica a la música

“Estaba escuchando mi voz”, dijo la voz del GPS, Susana Ballesteros durante una de sus visitas en Argentina mientras subía a un remis  y el chofer anotaba la dirección en el dispositivo que coloquialmente conocido como “la gallega”. La locutora y cantante prestó su voz para la app de navegación en 2014.

“Ese chofer ya me había llevado un par de veces, le dije que la voz del GPS era yo. ¿Y qué pasó? Hasta el día de hoy somos amigos en Instagram. A veces me escribe y yo le escribo. Eso me parece tierno”, asegura la copiloto más famosa del mundo que, además de locutora, es actriz de doblaje, periodista y, ahora también, cantante. Durante el 2021 lanzó su primer videoclip del tema, Ya me cuido yo y cuenta con un segundo corte, Déjame.

Susana nació en Móstoles, un pueblo que está al suroeste de Madrid, pero creció en Villaviciosa de Odón. Hija de una psicóloga y de un chofer de micros, la madrileña inició su camino como profesional de la voz conectada a sus ancestros.

“Toda la familia de mi padre, mi abuelo y mis tíos, está relacionada con la carretera y los automóviles. Desde pequeñita, siempre lo he visto a mi padre con el autocar, haciendo viajes de larga distancia. Me parece muy curioso, que yo, que no tengo nada que ver con ese gremio, de alguna manera ahora sí: como que acompaño y guío con la voz”, cuenta Susana que, actualmente, vive Los Ángeles (Estados Unidos), donde se instaló hace más de quince años.

Sin embargo no es el único lugar en prestar su voz. Susana también le pone su voz a “Calm”, una aplicación para meditar y mantener la calma que incluye desde meditaciones guiadas, hasta historias para dormir y programas de respiración. Créase o no, este trabajo de locución que grabó también se conecta con su historia familiar.

“Mientras vivíamos en Móstoles, yo le tenía miedo a unos chicos de mi barrio y, por las noche, todos esos temores se potenciaban. Como mis padres llegaban súper cansados de trabajar y no tenían tiempo para sentarse a leerme un cuento, empecé a escuchar cuentos narrados de una grabación. Era una voz muy cálida que, además de hacerme sentir querida y acompañada, me ayudaba a dormir”, recuerda y dice que le da mucha ilusión estar “del otro lado”, ahora.

Que a través de mi voz yo esté haciendo sentir a una persona segura, acompañada y querida, a partir de una historia que cuento, me parece muy bonito. Así como las voces de otros locutores fueron importantes en su momento para mí, me gustaría que la mía fuera igual de importante para otros”, agrega.

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