Las precipitaciones mejoraron la condición hídrica de la superficie sembrada y frenaron el deterioro de los cultivos, pero no impactarán sobre los rendimientos porque un 39,5% del área se encuentra en estado avanzado.
La proyección de producción de la oleaginosa bajó de 29 a 25 millones de toneladas. Es menos de la mitad del récord de producción de 60,1 millones de toneladas (campaña 2014-2015). La actual producción de maíz disminuiría de 37,5 a 36 millones, según informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
De febrero a marzo, las estimaciones para la oleaginosa pasaron de 34,5 a 27 millones de toneladas. Mientras que en el cereal descendieron de 42,5 a 35 millones.
La Bolsa de Comercio de Rosario informó un recorte de casi 4 millones de toneladas en las estimaciones de la oleaginosa respecto a un mes atrás. Mientras que el rinde promedio de las siembras tardías del cereal se redujo de 72 a 48 quintales.
El 56,8% de la oleaginosa reporta una condición hídrica “entre regular y sequía”. Mientras que la recolección de los cuadros tempranos del cereal sigue arrojando “rindes por debajo a los inicialmente proyectados”.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires recortó las estimaciones para la producción de los cultivos de verano y aún falta evaluar los daños por los recientes “golpes de calor” y “heladas tempranas”.
La BCR reportó que la proyección de producción del cereal cayó de 50 a 42,5 millones de toneladas respecto a las expectativas iniciales. Mientras que la de soja bajó de 37 a 34,5 millones en el último mes.
Las lluvias fueron determinantes para que los productores agropecuarios de la zona más afectada por la sequía decidieran salir a sembrar. El domingo en el norte de la provincia de Buenos Aires y sur de Santa Fe se multiplicaban los tractores con las sembradoras. Apuestan no perder por tanto, y contra el “reloj biológico estacional” están implantando maíz y soja.