Un productor perdió la cosecha de zapallos y usó lo que quedó para darle de comer a las vacas

 “Perdí gran parte de mi cosecha de zapallo, me lo quemó el sol, pero estoy aprovechando el rastrojo ante la falta de pastura”, testimonió el productor agropecuario chaqueño Juan Hutak, uno de los miles afectados por la fuerte sequía que afecta a todo el país.

 “Perdí gran parte de mi cosecha de zapallo, me lo quemó el sol, pero estoy aprovechando el rastrojo ante la falta de pastura”, testimonió el productor agropecuario chaqueño Juan Hutak, uno de los miles afectados por la fuerte sequía que afecta a todo el país.

Perdido por perdido, Hutak trató de que algo de lo que le quedó en el campo de 32 hectáreas le sirva para alimentar a sus vacas, que también sufren los efectos del clima. La medida de emergencia, de todos modos, implicó resignar su producción de hortalizas y no es la mejor solución para la nutrición animal.

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En los últimos días llovieron entre 30 y 40 mm, dijo Juan. En la zona donde vive esperan que estas lluvias dejen humedad en el suelo y de esa manera poder sembrar: maíz, soja o sorgo. La lluvia vino bien, pero no despeja el problema de fondo: la sequía es severa.

“Hay que ver si las lluvias traen algún alivio para el pasto, hay productores que la están pasando muy mal, las napas se fueron bastante lejos en profundidad y todos tienen gasto. Cuando rascas la lata, no hay. Es dramático”, agregó Hutak, que es presidente de la Unión de Cooperativas Agrícolas Algodoneras de Chaco y consejero de Coninagro.

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