Los ocho jóvenes rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Sosa tendrán en el juicio oral, que comienza este lunes.
Finalmente mañana dará inicio el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes a la salida de un boliche por un grupo de rugbiers en Villa Gesell. Sus defendoses tendrán la difícil tarea de rechazar la gran cantidad de prueba que muestran los distintos roles que tuvieron en el brutal ataque perpetrado el 18 de enero de 2020.
Desde un comienzo la mayor parte del grupo decidió realizar un pacto de silencio y por este motivo ninguno de los detenidos que se encuentran alojados en Melchor Romero declaró sobre lo que ocurrió aquella fatídica noche. Todos llegan al juicio bajo la misma imputación que prevé la condena de prisión perpetua: “Homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” y “lesiones leves”.
Aun así, es importante mencionar que la investigación pudo determinar que entre los acusados hay dos grupos que se dividieron según los roles que cumplieron en el momento del asesinato. Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli, según la imputación hecha por la fiscal Verónica Zamboni, “abordan por detrás a Fernando Báez, aprovechándose de que el mismo estaba de espaldas e indefenso, y de esta manera actuando sobre seguro, en virtud de la superioridad numérica y física, lo rodean, se abalanzan sobre él y comienzan a propinarle golpes de puño en su rostro y cuerpo” hasta que cae inconsciente y pierde la vida”.
Y se agrega: “Le propinaron allí en el suelo, varias patadas en su rostro y cabeza, causándole lesiones corporales internas y externas, las cuales provocaron su deceso en forma casi inmediata, al causarle un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo grave de cráneo”.
Además, en la imputación se indica que Ayrton Viollaz y Lucas y Luciano Pertossi “previo acuerdo y distribución de tareas con los otros sujetos activos, también participaron premeditadamente de la agresión con el fin de dar muerte a la víctima, posibilitando fundamentalmente la comisión del hecho, ya que rodearon tanto a Fernando Báez Sosa como a los amigos que estaban junto a él, impidiendo de esa forma que éste pudiese defenderse por sí solo e incluso recibir defensa por parte de sus amigos y/o terceros”.