El día cinco de la serie de debates en el marco del juicio oral por la muerte de Lucia Pérez transcurría de manera habitual hasta que una ola de bullicios hizo que los jueces pospongan la audiencia.
El segundo juicio por el crimen de Lucía Pérez se estaba desarrollando con normalidad el pasado martes en la sala del Tribunal Oral N°3, hasta que, luego de la declaración de dos testigos, la audiencia se vio alterada por el bullicio que nacía en la planta baja del edificio judicial, justo donde un grupo de familiares y amigos de la víctima se encontraban realizando un festival en el marco del día en que la joven hubiera cumplido sus 23 años de estar con vida.
El debate por el “abuso sexual con acceso carnal, agravado por el suministro de estupefacientes seguido de muerte con concurso ideal con femicidio” había llegado a su quinto día investigando la situación de Matías Farías (29 años) y Juan Pablo Offidani (47) cuando se vio interrumpido.
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En tanto, lo que se pudo escuchar en la sala fueron las declaraciones de dos testigos propuestos por el lado acusatorio, mientras que un tercero fue detenido por el defensor de uno de los imputados que pidió la palabra para explicar que no se encontraba en condiciones de continuar debido al debido que llegaba de la calle por el acto conmemorativo y que no permitía una plena escucha dada una discapacidad auditiva propia, incomodidad por la que los letrados a cargo de la sentencia final decidieron dar por suspendida la jornada.
Anterior a la suspensión, los jueces Gustavo Fissore, Roberto Falcone y Alexis Simaz pudieron escuchar a Celeste Tiseira, quien era una vecina del barrio Alfar, lugar donde vivía Farias al momento del crimen. La mujer explico que, junto a su marido, sospechaba que en la casa ubicada en Racedo al 4800 funcionaba un negocio de venta de drogas.
A su vez, la testigo marcó que había visto llegar a Offidani en su camioneta durante el mediodía del 8 de octubre de 2016, justo el día de la muerte de Lucia, además de reconocerlo como el hombre que le había dado lo que identificó como cocaína a dos hombres en la vereda donde se ubica el mismo inmueble antes mencionado.
Por otro lado, Tiseira relató que vio a como Lucia fue sacada de la casa de Farías, sujeto que la llevaba cargada cabeza abajo sobre su hombro, para luego meterla en la caja de su vehículo y proceder a palmearle la cara mientras la llamaba por su nombre, sin recibir respuesta.
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En segundo lugar pasó la testigo Mariana Almada, quien se trata de la dueña de la casa que el sospechoso principal, Farías, alquilaba al momento del crimen.
En su discurso la mujer explicó que había conocido a Offidani “desde chico”, y que por él había decidido aceptar alquilarle al adulto joven su vivienda. Además, narró que había visto a Farías “afligido” y “muy angustiado” después de la muerte de Lucía.
En este marco, Almada expuso que el imputado le explicó al día siguiente que había estado junto a la víctima y que ella “había estado consumiendo cocaína” y que, después de mantener relaciones sexuales con la menor, empezó a descomponerse.
