La tanda de granizo en Mar del Plata durante la mañana del miércoles destrozó la cosecha de hojas verdes, remolachas y morrones. En solo cinco minutos, más de cien productores fueron gravemente afectados.
Solo cinco minutos de granizo fue lo que necesitó el temporal de las primeras horas del miércoles pasado para destrozar casi por completo el cordón frutihortícola de Mar del Plata, dejando a más de cien productores desesperados tras perder gran parte de su cosecha de hojas verdes.
La granizada que tuvo lugar entre la madrugada y mañana del 8 de febrero arrasó con una zona clave de la producción, exactamente tres mil metros hacia dentro del sector que comprende los kilómetros 7 y 12 de la ruta 226, donde se ubica “el centro de la ciudad para los productores”, según explicó Ricardo Velimirovich, presidente de la Asociación de Productores Frutihortícolas de General Pueyrredón. “Ahí se concentra la mayor parte de la cosecha. Cayó primero la piedra sin agua y se provocó un desastre”, describió.
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El periodo de granizo había comenzado ayer a la 1.20 de la madrugada y, en tan solo cinco minutos, pudo destrozar gran parte de las plantaciones de acelga, lechuga, espinaca, remolacha y morrones. En tanto, lamentando el suceso Velimirovich explicó que la lechuga “quedó triturada”. Además, se notificó de la rotura de techos de algunos invernaderos productores de kiwi.
Dada la época en que los productores se vieron atravesados por el temporal, los daños no pueden ser reparados, todo termina siendo pérdida. “Lo que invertiste ya no sirve más. Al no poder sembrar para sacar el fruto, se perdió el capital y los productores no pueden reponerlo (…) No se puede creer lo que pasó. Venimos pidiendo ayuda por la sequía y ahora rompe todo la piedra”, resumió Velimirovich.
“Estamos viviendo una catástrofe, esperemos que haya algo de ayuda”, lanzó con esperanza el presidente de la asociación esperando una línea de créditos que les permita volver a realizar las cosechas perdidas.
En cuanto a las características del temporal, Defensa Civil había expresado su alarma luego de la caída de postes, cables y pedazos de árboles. “El viento sopló a más de 75 kilómetros por hora en algunos sectores. Pero, en términos cuantitativos, no registramos más de 20 reclamos”, intentaron tranquilizar desde el equipo de ayuda.
