Durante una década, Moria Casán apostó por la transgresión y el nudismo en Playa Dorada, a pocos kilómetros de Mar del Plata. Sin embargo, el proyecto que prometía libertad y escándalo terminó naufragando en medio de polémicas, temporales y deudas.
Moria Casán, conocida como “La One”, cumple 78 años. Y a lo largo de su trayectoria, la empresaria convivió con la diva.
Siempre ha sido una figura que desborda los límites del espectáculo en Argentina. En los años 90, decidió trasladar su espíritu transgresor al mundo empresarial con la creación de Franka, una playa nudista en Playa Dorada, cerca de Mar del Plata. El proyecto, que comenzó con mucho ruido y atención mediática, se desmoronó con el tiempo, pero dejó una marca en la historia de la Costa Atlántica.
La idea de Moria: Libertad frente al mar
La idea de Moria Casán de abrir una playa nudista surgió de su propia afición al nudismo y la falta de lugares en Argentina donde poder practicarlo libremente. Inspirada por las playas europeas, decidió que era momento de que el país tuviera su propio espacio de libertad frente al mar. Así, el 10 de enero de 1994, inauguró oficialmente Franka en Playa Dorada, una pequeña localidad en el partido de Mar Chiquita, a solo 20 minutos del centro de Mar del Plata.
Moria, que en ese momento estaba en la cima de su carrera gracias al éxito de la obra teatral Brujas, se asoció con su entonces marido, Luis Vadalá, para llevar a cabo este ambicioso proyecto. Mientras él se encargaba de la parte administrativa, la diva se dedicó de lleno a la promoción y marketing del lugar.
El “corte de corpiños”: Marketing y escándalo en torno a Moria
Para Moria, no bastaba con abrir una playa nudista; también debía ser un espectáculo. Y así lo hizo. Cada temporada, organizaba el famoso “corte de corpiños”, un evento en el que amigas, modelos y veraneantes desinhibidas se sumaban a la inauguración de la playa. Con tijera en mano, Moria cortaba la parte superior de sus bikinis, dejando en claro que Franka era un espacio de libertad y rebeldía.
Entre las figuras que se sumaron al evento a lo largo de los años se encuentran Yanina Zilly, Flavia Miller y Mariana de Melo. Estas famosas fueron parte del atractivo mediático de la playa, que en sus inicios logró captar la atención de la prensa y los turistas.
Sin embargo, no todo fue color de rosas. El proyecto de Franka surgió poco después del fracaso de Juegos Nocturnos, un programa televisivo de Moria que había sido levantado por el COMFER debido a su contenido audaz. La playa nudista parecía ser una extensión de ese espíritu de libertad que la televisión no había permitido.
El principio del fin: Temporales y escándalos
A pesar de la atención mediática y los esfuerzos de promoción, los números de Franka no eran los esperados. Si bien Moria y Vadalá lograron mantener la playa abierta durante una década, el desgaste comenzó a notarse con el tiempo. En 1997, un fuerte temporal azotó la zona de Mar Chiquita y destruyó gran parte de la infraestructura del balneario. Aunque se realizaron importantes inversiones para recuperar el lugar, la playa nunca volvió a ser la misma.
El golpe final llegó en el año 2000, cuando Moria y Vadalá se separaron en medio de un escándalo mediático. La confianza entre ambos socios se resquebrajó, y el proyecto comenzó a tambalearse. Además, la muerte de Mario Castiglione, padre de su hija Sofía Gala, sumó un componente emocional que afectó a la diva en lo personal y en lo profesional.
El cierre definitivo y el legado de Franka, la playa nudista de Moria
En la temporada de verano de 2004, Playa Franka cerró sus puertas definitivamente. A los problemas personales y financieros se sumó una deuda millonaria que hizo inviable la continuidad del proyecto. Ese mismo año, el Municipio de Mar Chiquita abrió una licitación para la nueva concesión del espacio, marcando el final de la playa nudista de Moria Casán.
Aunque Franka ya no existe, su historia es un reflejo del estilo único de Moria Casán, siempre dispuesta a desafiar los límites y provocar debates. Si bien el proyecto no tuvo el éxito financiero esperado, dejó una huella en la memoria de quienes lo vivieron y en la historia de la Costa Atlántica. Hoy, a sus 77 años, Moria sigue siendo una figura influyente, y Franka es solo uno de los muchos capítulos de una vida marcada por la polémica y la innovación.
El legado de Moria Casán trasciende el espectáculo, y su paso por el mundo empresarial, aunque efímero, es una muestra más de su inagotable capacidad para reinventarse. Franka, con su audacia y su final abrupto, es una prueba de que, incluso en los fracasos, “La One” siempre supo cómo dejar su marca.